De una infancia problemática a un súper chef pâtissier de éxito mundial: la película francesa ‘Azúcar y estrellas‘ ( « À la belle étoile » ) forma parte del 27 Tour de Cine Francés y se basa en la verdadera historia de Yazid Ichemrahem para compartir un conmovedor relato coming-of-age en clave de tour de force sobre exclusión, abandono y sueños cumplidos.

Desde que era muy pequeño, a Yazid lo movía una gran pasión: la repostería. Habiendo sido criado entre una familia adoptiva y varios hogares de acogida, nada parecía predestinarlo para tal alto oficio. Sin embargo, su carácter, su determinación y su talento lo ayudaron a alcanzar el éxito en el mundo tan elitista de la alta repostería.
Esta película francesa está basada en la historia real de Yazid Ichemrahen y su libro autobiográfico « Un rêve d’enfant étoilé » en el que relata el proceso que atravesó para superar sus traumas, cambiar su carácter indomable, conseguir trabajar con los reposteros más cotizados y convertirse en el mejor.

Yazid vive entre el maltrato y el abandono de su madre biológica, una familia de acogida y una institución para jóvenes al margen. De pequeño vio de todo: la muerte de su hermanito por negligencia de la persona que era incapaz de cuidarlo y quererlo, la dureza de la pobreza. Pero si algo lo pudo mantener en pie fue el amor de su familia alterna y el suyo por la pastelería.
Ya que Yazid no quiere ser solo pastelero, sino el mejor pastelero del mundo, una vez que llega a la adolescencia -y mientras vive en una institución social- se propone aprender del más grande: del maestro pastelero al que admira desde chico.
Es a partir de ahí que la película va construyendo un relato sensible que hace viajar al espectador a un continuo ir y venir al pasado del aprendiz, lo que permite comprender cada uno de sus pasos en el ahora.
Y esa confrontación entre pasado y actualidad, además de conseguir un lazo sólido entre público y héroe, hace muy emocionante acompañarle a sufrir o superar cada uno de los obstáculos.
¿Cómo logró el director que, a pesar del profundo drama personal y social que forma el tronco central de esta película francesa, el relato jamás desbarrancara por maniqueísmos o exageraciones? ¿Pudo haberse encontrado frente a la decisión de evitar ciertos tópicos?
Gracias a la rueda de prensa que organizaron el Tour de Cine Francés-Nueva Era Films, pudimos obtener la respuesta de boca del propio realizador, Sébastien Tulard.
ST: Caer en un drama lleno de lágrimas hubiera sido lo más fácil. Estar siempre a fondo, con música de violines… Efectivamente, la vida de Yazid no fue simple. Sobre todo durante el período que estamos contando (en el filme, NDLR), el de una infancia tan difícil. Pero siempre había que agregar una dosis de esperanza, algo que le permitiera aferrarse a la vida. Entonces, en mi vida, hay tantos momentos de risa como de llanto. La vida no es completamente blanca ni completamente negra. Era importante vivir en la película esos vaivenes emocionales. Hay ciertas escenas que vienen a aportar más ligereza, a hacernos reír, a dar ganas de seguir viendo, a tener simpatía por Yazid. De ver que él tiene muchos talentos, que va a poder seguir adelante. Estamos con él… Luego, sí había ciertos temas a los que estuvimos realmente muy atentos con la productora. Por ejemplo, con el tema de la familia que lo acoge, su familia adoptiva: debíamos tener mucho cuidado, cuando filmamos la película queríamos que hubiera suficiente amor y nos parece que con la cámara la familia de acogida funcionó realmente muy bien. Había mucha compasión, mucha gentileza. Todo esto se logró bastante. Igual sobre la Casa hogar: no se trataba de acusar a la gente, porque ese es su oficio, ellos trabajan todo el día con jóvenes que están en situaciones de fracaso familiar y no hay que atacar a la gente que está haciendo su mejor trabajo. Pero al mismo tiempo había que contar también que Yazid no se sentía bien en esa Casa hogar. Por eso contamos esa historia en la que él no encuentra su lugar, pero no por el sistema: él se está viendo en otro lugar, él sabe que su lugar está en otra parte, en las cocinas, y no ahí, en la Casa hogar. Había ciertos temas como esos en los que buscamos el equilibrio perfecto. También el racismo en las cocinas existe, por ejemplo, y el sexismo también. Estos son temas que tuvimos que tratar. Mucha gente nos lo mencionó. No solo Yazid, también muchos pasteleros y pasteleras que trabajan en las cocinas y también cocineros y cocineras… No quisimos tampoco estar poniendo el dedo en la llaga, pero lo teníamos que mencionar porque si no lo hubiéramos mencionado no hubiéramos estado en la realidad. Realmente lo teníamos que evocar, aunque Yazid tenía mucha fuerza y con eso logró que (este tipo de situaciones, NDLR) no lo afectara. Si no, no estaría donde está.
Este es el filme de la nueva edición del Tour de Cine Francés que de seguro más emociones moverá entre los espectadores. Porque ¿no es catártico acompañar en el camino al triunfo a un joven acostumbrado a ser víctima de las condiciones más desfavorables imaginables y a quien parece que no mucho puede esperarle ?
Una emocionante y reflexiva carrera vital contra el determinismo que llega con tino a los corazones y nos revela a una joven nueva estrella: Riadh Belaïche.
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