El director francés Oliver Marchal, también guionista, ya no necesitaba demostrar que es un experto en el género de acción, así que solo tuvo que tomar los ingredientes que sabe le vienen perfectos para redoblar su apuesta -quizás ante sí mismo- en la serie francesa de Netflix ‘La paz de Marsella’ ( « Pax Massilia » ) y reconfirmarse como el maestro de la violencia y las escenas de persecución y balas con estilo francés.

Porque en la serie francesa de acción La paz de Marsella, que recién se estrena en Netflix bajo la producción de Gaumont, no solo se reconoce su sello, sino que se aprecia su negación a estancarse.
¿De qué trata la serie francesa de acción ‘La paz de Marsella’, ya disponible en Netflix?
Con el fin de mantener la paz en los barrios del norte de Marsella, los Cramés, una brigada de los STUPS con impresionantes antecedentes, no dudan en llegar a acuerdos con personas del «medio». Así que cuando miembros de una importante familia del crimen organizado marsellés, notorios traficantes de estupefacientes, son brutalmente asesinados, el comandante Lyès Benamar teme que Marsella se sumerja en un baño de sangre debido a las represalias y al tráfico de crack que ha comenzado a circular de manera incomprensible en la ciudad.
A la vez que esto ocurre, Alice Vidal, una policía que viene desde la ciudad de París, desembarca en Marsella con una agenda secreta: convencida de que Franck Murillo, el asesino de su padre -que también era policía- sigue vivo, se dispone a rastrearlo.
La investigación de los Cramés converge rápidamente con la búsqueda de Alice, quien se une a su grupo. Sus métodos y los de Lyès son opuestos, pero su objetivo será el mismo: detener a Murillo a toda costa.

Con los seis episodios ya disponibles en Netflix desde el miércoles 6 de diciembre, queremos compartirte los cinco grandes aciertos de este programa de acción a la francesa.
5 aciertos de la serie francesa de crimen y acción de Netflix ‘La Paz de Marsella’
Un casting perfecto
Nicolas Duvauchelle, Tewfik Jallab, Jeanne Goursaud, Moussa Maaskri, Samir Boitard o Florence Thomassin son solo algunas de las caras de los increíbles y bien logrados personajes de esta producción, cada uno cargado de una fuerza dramática que enamora a la pantalla.
Destaca el trío Jallab-Goursaud-Maaskri, en su misión de llevar adelante la mayor parte de la trama central.
El amplísimo registro histriónico de Duvauchelle -que ha tenido no pocas oportunidades de trabajar en producciones de tipo policiales y de acción, no solo con el propio Marchal (como en Braquo), sino también con otros directores (como con Guillaume Pierret en la saga Bala perdida)-, a quien podemos ver como héroe romántico, vengador o villano -como pasa en La paz de Marsella– hacía anticipar que lo suyo engancharía.
Y claro que lo hace, pero entre sus escasas apariciones y las características del tronco argumental, la atención recae sobre todo en los personajes de Vidal, Benamar y Hamadi.
Los tres representan con bastante tino los colores preponderantes de este drama francés que comparte la plataforma Netflix en sus nuevas entradas de diciembre.
Mientras la primera es una policía dispuesta a dejar su ética atrás con el fin de lograr su venganza; el segundo lo hizo hace rato, más que nada en favor de su amigo de infancia o de conservar, justo, la paz de Marsella y el tercero es la maldad pura, el villano que no tiene registro de empatía o remordimiento y que puede encarnar toda la brutalidad del mundo él solo.
Este personaje llega a sobrepasar al villano principal.
Mezcla dramática bien cocinada
No solo se trata de tiroteos, de asedios, de golpes, de sangre: este producto dramático deja el suficiente espacio para que ocurran el romance, el suspenso, la luz.
Entre esas pinceladas aparece el poder de los vínculos: de la familia, de los camaradas, del barrio.
Grandes locaciones
Sea o no que parte de los requerimientos de producción así lo exigieran, pocas series francesas ambientadas en Marsella se dan el permiso de mostrar los escenarios más hermosos de esa ciudad costera.
En general, más si el relato se refiere al costado criminal -lastimosamente tan conocido, tan famoso- de la villa, se concentra en sus sectores marginales.
Claro que de eso un poco hay, pero tal como lo dijo el realizador y creador de esta serie, también se quiso mostrar el innegablemente majestuoso lado marsellés.
Secuencias de acción y violencia a todo dar
No se ahorró en presupuesto para rodar las escenas de persecución. Con tomas y planos muy cinematográficos, La paz de Marsella no abusa de las secuencias cargadas de adrenalina, pero las que ofrece son perfectas.
Tampoco escatimó en violencia. Golpes, sangre y asesinatos confieren a este seriado francés una especie de aura de crónica roja, más allá de que se trata de un policial de base.
Ciertos momentos hacen necesario entrecerrar los ojos o voltear la mirada. Advertimos.
Un final que deja abierta la esperanza de una continuación
El guión no deja muchos cabos sueltos, aunque no logre cerrar con suficiente destreza todos los hilos.
Logra dibujar bien a todos los personajes y la mayoría de las subtramas.
También consigue un in crescendo que genera empatía y disposición-al-maratón.
Todo para, al final, abrirnos la esperanza a una continuación.
¿Habrá segunda temporada de La paz de Marsella?
Por el momento no se confirmó una temporada 2 de este programa francés, pero esperamos que las reproducciones en Netflix animen a la plataforma a ‘regalarnos’ otra entrega.
Vamos a dejarte aquí el tráiler de la serie francesa de Netflix La paz de Marsella y te deseamos desde ya un feliz maratón para las fiestas.
Coucou Lola ! Pasión por Francia y la cultura francesa

Cafecito
Invitándonos un café nos ayudas a seguirte compartiendo muchos más contenidos francófilos.
1,00 US$


