Cine Caníbal vuelve a hacerlo: finalmente los cinéfilos y francófilos podemos ver en México ese gran homenaje a Jean-Luc Godard y la Nouvelle Vague: la película ‘Nueva Ola Francesa’ (Nouvelle Vague) de Richard Linklater, que tanto éxito y admiración ha recibido alrededor del mundo.

Aunque la sinopsis nos dice que esta es la historia de Godard haciendo Sin aliento, contada con el estilo y el espíritu de Godard haciendo Sin aliento, el mundialmente reconocido realizador Richard Linklater comenta:
«No se trata de rehacer ‘Sin aliento’ (« À bout de souffle »), sino de verla desde otro ángulo. Quiero sumergir mi cámara en 1959 y recrear la época, la gente, el ambiente. Quiero salir con la pandilla Nouvelle Vague. Le dije a todos los actores: NO hagan una película de época. Vivan el instante presente. Aquí, Godard es un reconocido crítico, pero es un director que comienza. Ustedes se divierten de rodar con él, pero se preguntan si esa película se estrenará algún día…»

Quizás sea esta visión lo que más ha sumado al éxito de esta película francesa (en su coproducción).
A propósito de su llegada a salas de México, gracias a Cine Caníbal, te conviene conocer o refrescar los datos más importantes, más que solo de la película Sin Aliento, de la historia del movimiento que marcó un definitivo antes y después en el cine francés y mundial: la Nouvelle Vague o Nueva Ola Francesa.
Primero que nada: Al César, lo que es del César
Con su película La Pointe Courte (1954-1955), la entrañable y famosísima cineasta Agnès Varda se anticipó a la Nouvelle Vague.
Desde la libertad formal en sus rodajes en exteriores, pasando por el bajo presupuesto, hasta su tono intimista y reflexivo: todo en esta cinta da cuenta de lo que luego se formalizó y se dio a conocer como la Nouvelle Vague.
Contexto sociohistórico
Finales de los años cincuenta.
Francia luchaba por reconstruirse culturalmente tras la Segunda Guerra Mundial.
Dentro de este marco, se reunió un grupo de jóvenes con un interés en común: pasión por el cine.
Ellos no pensaron en conformar un movimiento, trataban lo suyo más como una actitud, como una manera de mirar el mundo… y de filmarlo.
Su inspiración y su motor no nació en las escuelas de cine o en los grandes estudios cinematográficos: nació en su cinefilia y en su idea de filmar como un acto de libertad.
Los primeros pasos
En 1951 André Bazin se unió a Jacques Doniol-Valcroze y Joseph-Marie Lo Duca para fundar Cahiers du Cinéma.
Desde esta publicación, Bazin defendía la capacidad del cine de revelar la realidad, en lugar de manipularla
“El cine satisface, en lo más profundo de nuestro ser, el deseo de embalsamar el tiempo«, decía Bazin.
A la revista llegaron otros jóvenes entusiastas del cine, a modo de críticos. Se trataba, nada más y nada menos, que de François Truffaut, Jean-Luc Godard, Éric Rohmer, Claude Chabrol, Jacques Rivette.
Esta concepción del cine -un arte que preserva lo real y le da sentido- los marcó a todos.
Estos jóvenes críticos de Cahiers…, no solo crecieron bajo esa influencia o se limitaron a admirarla: la transformaron.
Para ello tomaron las cámaras. Ahí todo dejó de ser teoría para volverse práctica.
A por el cine real, el real cine
La evolución tecnológica de ese entonces tuvo su papel importante: nuevas cámaras portátiles, emulsiones de película más sensibles, equipos de sonido ligeros con los que podían filmar en las calles, con luz natural y presupuestos reducidos.
Las películas de la Nouvelle Vague iban en contra de la narrativa clásica, el montaje invisible y los estudios cerrados.
Sus historias eran disruptivas en forma y fondo, los personajes eran distintos a lo común, los cortes eran abruptos y a los diálogos se les daba suficiente libertad, para los que la improvisación estaba más que permitida.
No se trataba de imitar la vida, se trataba de respirarla.
Obras fundacionales de la Nouvelle Vague
Le Beau Serge (1958) de Claude Chabrol, considerada el primer filme de la Nueva Ola.
Les Quatre Cents Coups (Los 400 golpes, 1959) de François Truffaut, una historia profundamente autobiográfica que anunció el nacimiento de un nuevo lenguaje cinematográfico.
À bout de souffle (Sin aliento, 1960) de Jean-Luc Godard, que rompió con toda convención narrativa y estética.
Hiroshima mon amour (1959) de Alain Resnais, con guion de Marguerite Duras, donde la memoria y el tiempo se entrelazan poéticamente.
Cléo de 5 à 7 (1962) de Agnès Varda, la gran voz femenina de la ola, que retrata con sensibilidad la conciencia del tiempo, del cuerpo y de la mirada.
En estas películas, el montaje se vuelve poético, la cámara se libera del trípode, el tiempo se fragmenta y el espectador participa activamente.
Como dijo Godard años después:
“El cine no es una sucesión de imágenes, sino una sucesión de ideas«.
La importancia de Jean-Luc Godard
Si alguien representa el espíritu de la Nouvelle Vague, ese es Jean-Luc Godard.
Nacido en París en 1930, en el seno de una familia franco-suiza acomodada, su padre era médico y su madre hija de un banquero suizo.
Él mismo se describía como “un niño burgués con alma anarquista”.
Durante sus años en la Sorbona, comenzó a frecuentar la Cinémathèque Française, dirigida por Henri Langlois.
Ahí descubrió a Renoir, Welles, Rossellini, Hitchcock y los grandes del cine clásico y encontró su tribu: Truffaut, Rivette, Rohmer, Chabrol.
Como crítico, sus textos en Cahiers du Cinéma eran agudos. En ellos ya se vislumbraba su pensamiento rebelde: un rechazo a las convenciones, una fe en la imagen como pensamiento.
En 1960 rodó À bout de souffle (Sin aliento), su primer largometraje, con una cámara ligera, en las calles de París, con actores improvisando y cortes bruscos que violaban toda regla de continuidad.
La película fue recibida con escándalo y se convirtió en una revelación.
Sin duda, con ella nació un nuevo cine.
A partir de ella, Godard se convirtió en el enfant terrible del cine francés.
Con cada una de sus producciones exploraba en lenguage: Vivre sa vie, Pierrot le fou, Alphaville, Week-end, La Chinoise.
En los años setenta abrazó el marxismo y el maoísmo, experimentando con el cine político, pero sin abandonar su fascinación por el amor, el arte y la filosofía.
Su cine se volvió más hermético y más poético: un laboratorio permanente de ideas e imágenes.
Godard es el ejemplo del artista que convierte la forma en contenido.
Su obra entera parece preguntar incesantemente: ¿qué significa filmar?, ¿qué significa pensar en imágenes?
Hasta su muerte, en 2022, siguió filmando con la misma convicción:
“El cine es la verdad a 24 fotogramas por segundo”.
¿Por qué la película Nueva Ola Francesa de Richard Linklater es una obra de arte?
Porque logra explicar el espíritu del movimiento sin necesidad de dictar una clase, sino sumergiéndonos en la filmación de uno de sus filmes más emblemáticos.
Porque en esta inmersión logró una ambientación perfecta: lo que el espectador hace no es ver la París de la Nouvelle Vague, sino vivirla.
Porque las interpretaciones son impecables. Ver a Guillaume Marbeck y Zoey Deutch es una locura. Ambos personifican tan vivamente a Jean-Luc Godard y Jane Seberg que por momentos parece que estamos viéndolos de nuevo.
Porque entiende que la Nouvelle Vague no fue solo una estética, sino una forma de mirar el mundo y Linklater filma desde ese lugar: con curiosidad, irreverencia, juventud y una confianza radical en el presente.
Porque la película se atreve a filmar el acto de filmar como un gesto vital, mostrando el cine no como producto terminado sino como proceso, error, discusión, intuición y deseo.
Porque rehúye la nostalgia fácil: no idealiza el pasado, lo vuelve vivo, contradictorio, a veces incómodo, como lo fue realmente aquel movimiento.
Porque el ritmo y la estructura atraviesan con la Nouvelle Vague sin imitarla servilmente, creando una obra contemporánea que conversa con el pasado en lugar de copiarlo.
Porque confirma que el cine puede ser pensamiento en movimiento, una conversación entre cuerpos, ideas, calles, palabras y silencios.
Linklater no rinde un homenaje a la Nouvelle Vague o a À bout de souffle: revive el esplendor y la disrupción de un movimiento francés que marcó al cine para siempre.
Actualmente en salas de México
Título original: Nouvelle Vague
Director: Richard Linklater
Casting: Guillaume Marbeck, Zoey Deutch, Aubry Dullin
Guión: Vince Palmo
Editor: Catherine Schwartz
Diseño de Producción: Katia Wyszkop
Género: Comedia, Drama
País: Francia
Idioma: Francés, Inglés
Duración: 105 minutos
Año: 2025

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