
Théo es puesto en adopción el mismo día de su nacimiento por su madre biológica, que tendrá dos meses para rectificar su decisión… o no. Hace 10 años que Alice lucha por tener un bebé. Esta es la historia del encuentro entre Théo y Sandrine.
EN BUENAS MANOS
(Pupille; Jeanne Herry; Francia, 2018)
Esta es la propuesta más conmovedora del 23º Tour de Cine Francés: aquí, a quien no se le erice la piel, no tiene sangre en las venas.
En ella, Jeanne Herry, su realizadora, nos invita a poner la mirada sobre varios puntos: la maternidad como instinto o construcción social, lo que hace a una familia, el abandono, el sistema de seguridad social social detrás de las adopciones en Francia.
Sin juzgamientos, sin acusaciones. Esta es una película sobre los vínculos y sobre cómo estos se pueden establecer sin que haya necesidad de un parentesco de tipo biológico.
El drama aquí es muy interno, la narración permite que se vaya conociendo de a poco a cada personaje -con sus tragedias personales- y se los acompañe en esta especie de crónica que, sin pretender ser un documental de ficción, por momentos parece que documenta: es bastante fácil imaginar que estas situaciones pueden ocurrir en la vida real y en más de una oportunidad.
Sandrine Kiberlain (en el papel de asistente social), Gilles Lellouche (en el de cuidador provisional) y Élodie Bouchez (como la mujer que ansía ser madre) ofrecen unas interpretaciones bien cercanas y estremecedoras. Un gran trío de actores para un relato movedor.
Un filme reflexivo, delicado, profundamente humano.
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