
Un grupo de criminales condenados que formaba parte de una misión -a bordo de una nave espacial- dirigida por la doctora Dibs (Juliette Binoche) desapareció. Ahora, Monte (Robert Pattinson) y su pequeña hija son los últimos sobrevivientes, a la deriva y en las profundidades del espacio mientras se precipitan hacia el olvido de un agujero negro.
En su High Life, la mirada de la directora francesa Claire Denis atraviesa, de una forma intimista y aguda, la condición humana. Para ello, se vale de un género y un escenario extremos -ciencia ficción y espacio exterior- y de un grupo de personas tenidas como desechos sociales -todos aquí son criminales-, con un porvenir incierto.
A diferencia de otros filmes del género que también muestran la soledad humana en el espacio (Gravity, de Alfonso Cuarón, o Interstellar, de Christopher Nolan, por solo mencionar a un par reciente de entre ellos), la realizadora gala elige por sobre todo el relato íntimo, el que apunta directo al interior de las personas y que, para las anécdotas que explican o contextualizan, se vale del poco decir o poco mostrar.
Bajo estas condiciones tremendas, sería inevitable que los puntos más oscuros de los seres humanos salgan a flote.
Lo estremecedor no se nos descubre solo por lo que nos enteramos directamente sino por lo que tenemos que ir armando a manera de rompecabezas: es así como vamos conociendo los antecedentes personales de algunos de estos ‘inservibles’ de la sociedad.
En esta propuesta en la que la sensualidad juega un papel importante, no se trata de una sensualidad cualquiera sino de una que viene vestida con un traje oscuro y sórdido, como el que, interiormente, viste sobre todo al personaje de Binoche.
La sexualidad que se manifiesta es agresiva e invasiva. Lo vemos en la obsesión de Dibs por seguir con sus estudios de fertilización, en su manera de obligar a las mujeres a bordo a dejarse fertilizar y a los hombres del grupo a donar su esperma. En la torpeza para contener los impulsos, las pulsiones. En el ambiente que se respira, claustrofóbico, intimidante y amenazante.
Aunque lo que se nos presenta es un drama de grandes dimensiones, hay que advertir que no se trata de un drama con abusos cansadores. Las emociones, aún con sus picos, y los diálogos son parcos.
Sobre las interpretaciones: si bien nadie desluce, es innegable que Robert y Juliette se destacan y sus participaciones son contundentes. Sus trabajos aquí serán recordados por siempre.
Una producción perfecta e inquietante, que sacude con fuerza y belleza. Una película que ya se convirtió en una de las imperdibles del cine de los últimos tiempos.
Estreno en México: viernes 30 de agosto
HIGH LIFE
Claire Denis
Reino Unido, Francia, Alemania, Polonia, Estados Unidos
2018
Distribuye en México Interior XIII