Cinco datos que no conocías sobre la baguette francesa

La imagen de alguien que va con une baguette bajo el brazo es una de las que solemos formarnos cuando nos dicen «Parisino/a».

Pero, ¿cuánto conocemos sobre esta barra de pan que es toda una tradición francesa?

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Cinco curiosidades sobre la baguette

Young baker with baguettes close-up

¿Quién inventó la Baguette?

Existen, al menos, cuatro versiones sobre su origen.

Según la primera, habrían sido los panaderos de Napoleón Bonaparte quienes, para hacer su traslado más fácil para los soldados, habrían creado un pan alargado.

Una segunda adjudica la introducción de esta pieza en el Hexágono a un panadero austríaco, Auguste Zang, quien en el año 1839 abrió una panadería en París en la que vendía panes con forma oval, tal como eran comunes en Austria.

La tercera asegura que la baguette se inventó durante las obras del metro parisino, en la década de 1900. Según esta, los contratistas pidieron a los panaderos que diseñaran un pan que pudiera cortarse con las manos, sin necesidad de recurrir a un cuchillo. ¿Para qué? Para evitar que en las peleas que solían armarse entre los obreros de la construcción, terminaran agrediéndose a cuchilladas.

La cuarta sostiene que como consecuencia de una ley de 1901 que prohibía a los panaderos trabajar antes de las 4 horas de la mañana, estos, para hacer el proceso más rápido, optaron por alinear el pan: con esta forma también conseguían ocupar menos lugar que con el pan de hogaza.

La verdad, aquí hay que agregar una quinta: para Steven Kaplan, un especialista en la historia del pan, la baguette no es más que, en realidad, un producto del siglo XX, que surgió de la mano de la evolución de la demanda urbana. «Las personas acomodadas de la ciudad necesitaban pan fresco varias veces al día. El pan grande pesaba entre 1.2 y 2 kilos, lo que lo hacía demasiado grande. Además, les gustaba más la corteza que la miga», aseguró Kaplan en una entrevista a France Culture.

¿Cuántas baguettes se consumen en Francia?

Se calcula que cada francés consume un promedio de 160 gramos por día. Eso se puede traducir en algo así como 320 barras por segundo.

Aunque en principio esto pueda sonar a mucho, entre 2007 y 2016, por ejemplo, el consumo de este pan entre franceses disminuyó en 33.6%.

La baguette posee su propio decreto

Sí. Se trata de «el pan de tradición francesa», protegido por el decreto del 13 de septiembre de 1993. Así, para ser considerado como tal, debe ser fabricado en el propio sitio, no puede ser congelado, sus harinas no deben contener ni ácido ascórbico ni aditivos que aceleren el tiempo de fermentación. Es decir, solo debe prepararse con harina, agua, sal y levadura. Otro requisito es que el amasado debe ser lento y la fermentación debe durar varias horas.

Existe el Gran Premio de la baguette de tradición francesa de la ciudad de París

Cada año, París elige su mejor baguette. O, mejor dicho, al panadero que elabora la mejor de la capital francesa. El ganador obtiene: la suma de 4 000 euros, una medalla y, de paso, se convierte en el panadero oficial del Elíseo durante un año.

Cada baguette, su propia marca

Cada panadero deja una marca de cuchillo a la barra antes de hornearla, lo que la hace una obra única.

¿Crees que la baguette deba ser declarada patrimonio mundial de la Unesco?

Por lo pronto, ya es digna y oficialmente candidata a ese título.

Somos Coucou Lola !, por Lola Mendoza: una periodista empedernidamente francófila.

¿Cuánto sabes sobre la baguette francesa? ¡Descubre cinco datos que no conocías sobre este pan! #CoucouLola

*Con información de France Culture, LRI, Observatoire du Pain.

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