
Para algunos, nada más que una frívola; para otros, solo una incomprendida. Para nosotros: una víctima de su posición, sus circunstancias y su tiempo.
En Coucou Lola ! te compartimos los datos más relevantes de este tan controvertido personaje de la cultura francesa y de la historia universal y de la cadena de infortunios que la fueron conduciendo a convertirse en objeto principal del odio público, primero, y a la guillotina, después.
- Marie-Antoinette d’Autriche, o María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena, nació el 2 de noviembre de 1755 en Viena, Austria, y murió en la guillotina, en la Plaza de la Revolución de París, Francia, el 16 de octubre de 1793.
- Cuando ocurrió su casamiento con Luis XVI tenía 14 años. Esta unión le fue impuesta (lo mismo que al Delfín) y respondió a un asunto de política exterior: sellar la alianza entre Austria y Francia.
- El autor Stefan Zweig, en la biografía sobre la austríaca, describe la violencia y la aridez que le valieron este acuerdo y cuya cara comenzó a mostrarse desde el momento en el que esta debió abandonar todo vestigio de sus raíces. Nada más para comenzar, la hicieron desnudar y abandonar cualquier pertenencia que representara algún vínculo con sus orígenes.
- A sus 18 años, cuatro después de celebrarse su boda, se convirtió en reina. Pero durante sus primeros tiempos en Versailles no se la tenía como verdadera soberana, ni como verdadera francesa, porque era públicamente conocido que su matrimonio no se había consumado. En parte, la razón de esta no-consumación se debía a la fimosis que padecía el Delfín. Marie-Antoinette debió hacer cara, a su corta edad y sin ser responsable de la malformación física de su marido, a las humillaciones varias a las que por ello la sometían la corte y el ojo público.
- Finalmente, ocho años después de la boda, y tras una intervención quirúrgica al rey, vino el primer hijo de la pareja real. Tuvieron cuatro hijos, de los cuales solo llegó a la adultez una: Marie Thérèse de France.
- En la sociedad de su época, se esperaba de ella una reina con cualidades domésticas: ella, más bien, encontró en las joyas, bailes, fiestas, banquetes, vestuarios y peinados lo que la podía satisfacer.
- Sin embargo, alguna conciencia tenía, a su manera, de las inequidades sociales. Por ejemplo, cuando logró ir por primera vez a París, se preguntó (y así lo manifestó en una carta posterior a su madre) cómo era posible que un pueblo sometido a la tiranía de los impuestos que le hacía pagar la monarquía pudiera manifestar tanto amor por ella.
- El conflicto entre Francia y Austria le generó acusaciones sin prueba. Como la que la señalaba responsable de haber notificado a Austria sobre la posición de las tropas francesas, predisponer a su marido en contra de Francia y a favor de Austria y conspirar en contra del pueblo francés, también para favorecer a su país natal.
- Otro hecho que le procuró la peor publicidad posible: L’affaire du collier. Se trató de una gran estafa que fue planificada y ejecutada en contra del cardenal de Rohan y que, en su paso huracanado, se llevó también a Marie-Antoinette, ya que su firma había sido falsificada. A esto se suma que la reacción posterior de la monarca en contra de la culpable principal, con la que el pueblo se sintió identificada, no fue la más feliz, lo que le ganó la animadversión general.
- En medio de la gran crisis social y económica que atravesaba la Francia previa a la Revolución Francesa, la locura del odio general se desató en contra de Marie-Antoinette: se la responsabilizó de este quiebre económico. Se la comenzó a llamar “Madame déficit” cuando, en realidad, sus gastos no fueron precisamente los que arruinaron a Francia: aunque sí es cierto que sus festejos eran ostentosos y sus gustos nada sencillos, ella tenía asignado un presupuesto oficial y este no representaba más que el 7% del presupuesto real.
- Hay que recordar que su rechazo y sus desaires públicos a la amante oficial de Louis XV, Madame du Barry, le habían ganado previamente no pocos enemigos dentro de la corte. Muchos de estos, luego, a la hora del tribunal revolucionario, se unieron en su contra y apoyaron su ejecución. Incluso, respaldaron que, infundadamente, se la acusara de incesto.
Sobre el famoso dicho «A falta de pan, que coman pasteles»
- Hasta hoy es común escuchar que fue de la boca de Marie-Antoinette de la que salieron las palabras “S’ils n’ont pas de pain, qu’ils mangent de la brioche !”.
- En realidad, este dicho (de distintas formas, en distintas versiones) está inscrito en varios registros de la tradición oral: en la alemana, en la lituana, en la india y en la china, entre otras.
- La atribución de este dicho a Marie-Antoinette ha sido rechazada por varios historiadores. Christine Shojaei Kawan, mientras preparaba un artículo sobre este sujeto, descubrió que ninguno de los biógrafos de la reina ni en ninguna de las obras sobre la Revolución Francesa que se escribieron en esa misma época de o en una inmediata se mencionaba esto.
- Por su parte, biógrafos e historiadores que estudiaron los numerosos panfletos, sátiras, canciones que circularon contra la reina en su época tampoco encontraron una sola mención a la monarca diciendo la lamentable frase.
- Incluso Georges Lefebvre (famoso historiador de la Revolución) aclara que esta atribución es errada.
- Para esclarecer todavía más esto: sí, Jean-Jacques Rousseau, en la primera parte de su texto Confesiones, dice «Enfin je me rappelai le pis-aller d’une grande princesse à qui l’on disoit que les paysans n’avoient pas de pain, et qui répondit ‘Qu’ils mangent de la brioche !'». Pero esta obra se publicó en el año 1765. Marie-Antoinette se casó en 1770 y no llegó a Versailles sino hasta 1771.
¿Quieres ampliar tus conocimientos sobre Marie-Antoinette? Aquí te recomendamos algunos libros.
Marie-Antoinette, de Stefan Zweig.
Marie-Antoinette, l’insoumise, de Simone Bertiere.
Marie-Antoinette, Correspondance, de Evelyne Lever.
Marie-Antoinette : Les dangereuses liaisions de la reine, de Michel de Decker.
Soixante-Seize Jours de Marie-Antoinette à la Conciergerie, de Paul Belaiche-Daninos.
Marie-Antoinette, une reine brisée, de Annie Duprat.
Y, si quieres mirar a través de los ojos de Marie-Antoinette, te recomendamos la película de Sofia Coppola, cuyo principal valor -que no fue comprendido del todo en su momento- es precisamente ese: mostrarnos cómo la austríaca miraba su tiempo y vivía sus circunstancias, para las que no estuvo nunca preparada… lo que incluso su madre llegó a advertir.
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