
La película italiana Perfetti sconosciuti (Paolo Genovese, 2016) ha sido tan exitosa que al momento suma 10 remakes, de distintas nacionalidades.
El turno de la versión francesa llegó en 2018, de la mano del director Fred Cavayé, y ya está disponible en Netflix.
El tema va así: tres parejas heterosexuales y media se reúnen a cenar en una noche de eclipse. Los hombres se conocen desde hace mucho con lo cual la camaradería entre ellos es grande. Luego de cenar se les ocurre un juego: dejar todos sus celulares a disposición y exposición sobre la mesa para que los mensajes, correos y llamadas que entren sean conocidos, sin censura, por todo el grupo.
Los teléfonos portables hace tiempo pasaron a ser una extensión de nuestros mundos y, como en estos, obviamente también guardan y esconden nuestra información íntima, incluso nuestros secretos.
En una dinámica que va a caballo entre lo lúdico y una especie de crueldad que por momentos casi parece que va a recordar a la Ruleta China de Rainer Werner Fassbinder pero que nunca se deja caer del todo en lo más profundo el espectador irá descubriendo detalles escondidos y hasta vínculos clandestinos de y entre los comensales.
Retrato en clave coral de la clase media contemporánea y su dependencia a la tecnología y la hiperconectividad, destacan aquí (lejos) las interpretaciones de Bérénice Bejo, Suzanne Clément y Grégory Gadebois por su fuerza y credibilidad.
Buen manejo de la tensión y de la dirección (90% del filme se desarrolla en un departamento) en esta propuesta que quizás, quizás como su obra-madre, un poco peque de obviamente aleccionadora.
Una película francesa muy disfrutable para ver en casa… y esconder tu teléfono portable de tu pareja. Además, como siempre decimos: una gran manera de aprender francés, perfeccionarlo o sencillamente practicarlo.