
Tras los anuncios que hicieran el jueves 12 y el viernes 13 de marzo el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro francés, Édouard Philippe, este último comunicó otra medida drástica el sábado 14, también con el objetivo de contrarrestar el avance del coronavirus en el Hexágono: llamó a cerrar «todos los lugares no indispensables a la vida del país».

Este llamado se dirige a: restaurantes, cafés, discotecas, salas de cine. Tales establecimientos deberán permanecer cerrados hasta nuevo aviso.
Lo mismo deberán hacer otros comercios -como tiendas, por ejemplo-. Supermercados, farmacias, kioscos, bancos no deberán plegarse.
Si bien la implementación de esta nueva disposición debe aplicarse en todo el territorio, afecta especialmente a la capital parisina, cuya actividad recreativa es uno de sus principales atractivos.
El funcionario advirtió que el virus viene propagándose mucho más rápido de lo que se esperaría y criticó la falta de disposición a enfrentar la pandemia que pareciera existir entre los franceses: «El distanciamiento social es un concepto que nos repele a los franceses», dijo, y agregó: «Los franceses no son suficientemente disciplinados».
79 fallecidos es el saldo que dejó hasta el momento la enfermedad en el país galo. 18 se sumaron en menos de 24 horas: hasta el viernes, el número era de 61 víctimas mortales.
*Con información de agencias y France Info, Le Parisien, RFI, France 24.
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