
La ville de l’amour: si a alguien le preguntan cuál cree que sea la ciudad del amor, posiblemente responda de inmediato «París».
¿Por qué la capital de Francia quedó representada así en el imaginario popular?
Aprovechando que se acerca otro 14 de febrero, nos atrevemos a explorar algunas de las virtudes parisinas que ayudan a apoyar esta idea.

Tres razones que hacen de París la Ciudad del Amor
El idioma
Claro que el francés no es propio solo de París, lo sabemos, pero -a menos que seas la Emily de Emily in Paris y que, como ella, vivas en la ciudad hablando nada más, o casi nada más, que inglés- se hace imposible imaginar estar allá y no hablar o escuchar alrededor la langue française.
De hecho, cuando una famosa aplicación de aprendizaje de idiomas preguntó a una importante muestra de sus usuarios cuáles consideraban las lenguas más sexis, la ganadora no fue otra que la lengua francesa.
Hay que pensar que aunque el romanticismo, como género literario, no nació en Francia, sino en Alemania, en el Hexágono consiguió un desarrollo propio y tiene grandes exponentes franceses, como Victor Hugo o George Sand, por ejemplo.
Por otro lado, la música francesa de amor -especialmente en la Chanson française– también cuenta con intérpretes reconocidos alrededor del mundo. Basta mencionar a Édith Piaf o Yves Montand, entre otros.
Esto puede haber ido construyendo la imagen del francés como idioma del amor.
Pero eso no es todo. También está otro elemento: en el mismo sondeo de la mencionada app, cuando se consultó a los participantes cuál creían que era el acento más sensual… el resultado fue el mismo.
El cine… con París de fondo

Un americano en París; Charada; París, tú y yo; Los amantes del Pont Neuf; Paris, je t’aime; Midnight in Paris; La reina del hampa; La chica del puente; Amélie…
¿Cuántas películas románticas se pueden contar en las que París es un personaje o protagonista más?
No quedan dudas de que la gran pantalla también se ha encargado de afianzar el cliché.
Y se entiende que tantos cineastas y productores elijan rodar allá: la luz, las locaciones espectaculares… Todo hace de París un escenario ideal, especialmente para el espíritu romántico.
Los barrios y monumentos que invitan al romance

Pasear por Montmarte o por el Quarter Latin. Contemplar la Tour Eiffel o subirse a ella. Caminar por los Champs-Élysées. Recorrer el Château du Petit Trianon. Visitar el Museo del Louvre. Degustar viennoiseries en un típico café. Beber una cerveza o una copa de vino en un bistró. Navegar el Sena sobre un bote.
Apenas algunos de los entornos icónicos que invitan a vivir el amor a todo color (aunque esté gris, frío y llueva, ja).
No por nada tantas parejas afortunadas celebran sus compromisos y bodas en París cada año.
Si a estas tres razones se añade: la arquitectura, la gastronomía, la cultura del vino, las manifestaciones artísticas… ¿Qué se forma? Una bomba para la gente enamorada.
Ya lo dijo Charles Trenet:
Le cœur de Paris, c’est une fleur
Une fleur d’amour si jolie
Que l’on garde dans son cœur
Que l’on aime pour la vie
Le cœur de Paris c’est une romance
Qui parle du soleil ou d’la pluie…