
¿Se puede hablar de cultura francesa sin hablar de los cafés parisinos? Es posible que no. Fueron y siguen siendo punto de encuentro para artistas, pensadores y bons vivants de Francia y de todo el mundo, quienes encuentran en ellos espacios para la discusión, la creación, la inspiración. Estos recintos emblemáticos forman parte indisoluble de la vida social y cultural de París.
Se asegura que los primeros granos de café llegaron a Francia, desde Constantinopla, alrededor del año 1664. A la corte de Louis XIV, en 1669. Dado el poder de influencia que aquella tenía, el café -como bebida- bien pronto se convirtió en una extendida moda.

El primer café parisino vio la luz gracias a un siciliano recién llegado a París: Francesco Procopio dei Coltelli, quien en 1686 abrió el Café Procope, en la rue des Fossés-Saint-Germain, antes rue de l’ancienne Comédie.
A lo largo de los siglos, los cafés parisinos han desarrollado su propio estilo. Están desde los más elegantes cafés de la Belle Époque, hasta los más informales y modernos de hoy en día. Cada café tiene su personalidad.
Los cafés clásicos suelen ser espacios amplios y luminosos, decorados con mármoles, espejos y molduras de estilo art nouveau o art déco. Los más modernos se caracterizan por su estilo minimalista y su decoración más atrevida y creativa.
Les Deux Magots, favorito de Pablo Piccaso o Jean-Paul Sartre; La Closerie des Lilas, de Ernest Hemingway o Paul Verlaine; el Café de Flore, de Guillaume Apollinaire o André Breton: todos, lugares que han sabido ser testigos de la historia artística, social o política parisina, junto con otros como el Café des Arts y el Café de la Paix.
Madrid y París
Madrid y París son dos centros culturales importantes de Europa. Ambas ciudades poseen un rico patrimonio histórico, artístico y literario que ha influido en el mundo entero.
A través de los años, la relación cultural y artística entre Madrid y París creció.
En el ensayo La certeza inmóvil. El Montmartre que vio Picasso, sus autores, Beatriz Trueba y José Luis Rodríguez de la Flor, reviven el barrio que conoció Pablo Picasso y la influencia que tuvo en su vida y en su obra.
Era la París de la efervescencia cultural, artística, filosófica. La que recibía a grandes artistas. La que devenía centro de la bohemia mundial.
Picasso no fue el único artista español que embebió la cultura parisina.
Mientras España quedaba bajo el franquismo, pasada la Segunda Guerra Mundial, fueron a vivir a Francia muchos otros artistas.
En tiempos actuales, ambas metrópolis proponen distintos intercambios artísticos y culturales.

¿Vives en Madrid o estás por visitarla? Te recomendamos dos cafés parisinos que te harán sentir en París.



Le Café de l’Institut Français
Según refleja el sitio del Instituto Francés de Madrid, Le Café propone una experiencia gastronómica y cultural que mezcla lo francés y lo español.
Su carta ofrece desayunos, boulangerie, pâtisserie y menú con platillos como ratatouille, croque Monsieur, sopa de cebolla y otros.
Ubicación: Calle del Marqués de la Ensenada, 12.

Maison Kayser
Tal como el propio establecimiento lo explica, sus recetas giran alrededor del pan.
Su ‘cocina-panadería’ propone una carta con ingredientes seleccionados en Francia y España.
Hay que decir que Maison Kayser se encuentra en distintas partes del mundo, se ha hecho famoso por sus sus panes y pasteles y nació en la 8 rue Monge de París.
Ubicación: Velázquez 126, Calle Príncipe de Vergara 2, Calle Fernando VI 21.
¿Conoces más cafés parisinos en Madrid? Déjanos saber en los comentarios.
con información de Café Procope, Centre Pompidou Málaga, Les Deux Magots, La Closerie des Lilas, Café de Flore, ABC Cultura, Paris Zig Zag, Cultea.
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