
El 2 de marzo llegó a Prime Video la película francesa La farsa ( « Mascarade ») del director francés Nicolas Bedos. Una interesante reversión de la vieja idea de femme fatale atravesada por una mirada actual que aquí venimos a recomendarte.
Cuando un joven gigolo (interpretado por Pierre Niney) cae bajo los encantos de una sublime estafadora (Marine Vacht) comienza una maquiavélica jugada bajo el ardiente sol de la Costa Azul francesa.
¿Los dos enamorados están dispuestos a todo por regalarse una vida de sueño, aunque tengan que sacrificar las de una antigua gloria del cine (encarnada por Isabelle Adjani) y un agente inmobiliario (François Cluzet)?
Pasiones, crímenes, traiciones…

¿Hasta qué punto debe ser capaz de llegar una mujer por alcanzar la libertad que la sociedad patriarcal parece prohibirle? ¿El fin justifica los medios?
Porque, aunque la sinopsis de esta película francesa de comedia negra nos habla, en principio, de una pareja, la apuesta de Bedos propone centrarse más en la mujer que en el hombre y exponer estas preguntas: es la oscura genialidad de ella -apoyada en una cómplice y congénere- la que lleva el hilo de esta trama.
Como director y guionista, el realizador francés ya ha venido dejando claro su interés en las relaciones de pareja. Lo vimos en « M. et Mme Adelman » (2017) y « La Belle Époque » (2019).
En ambos filmes, las explora bajo el lente del efecto del paso del tiempo. A modo de revisión.
En este nuevo, lo hace desde el del descubrimiento, posándose en el germen de una relación en la que la traición y el crimen se dibujan bajo un elemento clave: la pasión.

A esta última la representa Marine Vatch, que en su Margot reúne seducción, crueldad y don de manipulación -en fino contraste con una fragilidad encantadora- que atrapan, tanto a sus víctimas como al espectador.
Como una perfecta femme fatale.

Como arquetipo, la femme fatale fascina y atrae la imaginación de artistas y público, en general.
Se trata de un personaje manipulador y peligroso que suele ser representado en mujeres que se valen de sus encantos para manipular a los hombres y obtener lo que buscan, con la consecuencia de someterlos a situaciones peligrosas o arruinar sus vidas.
Como característica común, son personajes ambiguos en lo moral y no dan a conocer abiertamente sus objetivos o motivaciones.
Justamente, es lo que Margot hace. Con visceralidad y firmeza ve lo que quiere, lo toma y lo exprime en función de sus propósitos (adecuadamente ocultos).
Si bien el personaje de Niney pareciera dirigir el relato, esto no es más que un ardid de Nicolas Bedos para llevarnos hasta el final.
No solo en esto es atinado. Su propuesta de actualizar el tema de la femme fatale llega a buen destino.
Esta es una que actúa desde su maternidad y desde su conciencia del papel que como mujer juega dentro de una sociedad dominada por los hombres, quienes amenazan con fijarle sus reales posibilidades.
Si no construye una obra casi perfecta es porque a la mitad de la segunda parte peca el realizador de rizar demasiado el rizo: a partir de ese momento, quien siga con suficiente atención y cuidado la trama puede llegar a prever hacia dónde va todo.
Fuera de este resbalón, consigue una cinta bastante compacta: una potente mezcla de comedia y noir, con grandes interpretaciones… y una Côte d’Azur de ensueño.

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